miércoles, abril 25, 2007

Una historia más

Él.
La luna le observaba desde el otro lado de la ventana. El petate estaba ya sobre la cama, el tren no esperaba. En el bolsillo de su cazadora solo un billete de ida. En la mano una vieja fotografía arrugada. Ante el espejo una mueca de dolor, al oír como la aguja arrancaba al vinilo por última vez su canción. Una partida no dura eternamente y el perdedor siempre tiene que dejar la mesa de juego.

Empezó a llover. En el taxi, la radio emitía la misma canción. Se estremeció y miró hacia atrás. Sus ojos atravesaron la luna trasera. Nunca volvería a ver esa calle igual.


Ella.
Cuando cayeron todos los pétalos de su rosa, cuando todos los oasis de sus lágrimas se secaron, cuando en sus oídos solo quedaron las mentiras, decidió que no lo esperaría más. En su bolso, un billete de ida. Cerró la puerta de golpe. Empezó a llover. En el taxi, una melodía hizo que se estremeciera. Miró hacia atrás, nunca volvería a ver esa calle igual.

En el andén de la estación, unos desconocidos se cruzaron. Como dos guerreros rivales al encontrarse en el camino tras una batalla, se mantuvieron la mirada por unos segundos. El respeto por la valentía ajena pareció unirles. Por unos instantes pudieron leerse los pensamientos, pudieron sentir sus heridas. Compartieron la misma isla.

El destino, juguetón, convino que sus asientos en el tren del olvido, fueran contiguos.




lunes, abril 23, 2007

Abre los ojos


La oscuridad
Mi vista parece incapaz de adaptarse a esta penumbra casi total. Apenas consigo distinguir las formas.

El silencio
Un goteo perpetuo acompañado de su eco, es todo lo que puedo oír. Cada percusión equidista de su predecesora.

La humedad
Mi piel helada, la punta de mis dedos arrugados y mi pelo mojado revelan la saturación del relente.

La parálisis
La rotula al igual que una bisagra determina los movimientos adecuados. Al parecer, la bisagra de mi pierna izquierda ha cedido, provocando la desviación de mi tibia-peroné. Dolor...

Palpación
El lugar parece una gruta de rocas sudorosas. La cavidad donde me encuentro es curva y el suelo es de barro, me recuerda el final de un tubo.

El tiempo
Un escalofrío me recorre, por un segundo imagino haber sido devorado por algún enorme animal, de larga digestión. El tiempo ejerce su hegemonía, segundos, minutos, horas, días, semanas, meses…

El sueño
Un hada, se posa en mi hombro, me susurra al oído.
“Cuando uno cae en el verdadero pozo de los deseos, el único deseo imposible de cumplir es salir de él”
Despierto sobresaltado.

El ruido
-¿Que es eso? ¿Quien hay?
Palpo el suelo asustado. Aquí hay algo, rápidamente lo identifico es un pie. Una mujer está estirada en el suelo. Parece dormida.
-¿Quien eres? ¿Qué haces aquí? Este es mi agujero, ¿qué haces aquí?


El pensamiento
- Es imposible,... ¡seguro!. No puede tener nada que ver. Hace un segundo he pensado en una compañera y de repente aparece ella aquí.


lunes, abril 16, 2007

Un haz de esperanza

Tal y como el invierno erosiona una roca, algunas nuevas arrugas en su cara aparecian ante el espejo. Aquello evidencianba que aquel último año, posiblemente el más duro de su vida, no había pasado exento de dejar recuerdo. Tras un mes de haber tocado fondo, llegó por fin el día que encontró la orilla de su ciénaga. Con su mente aun calada de aguas sucias y su espíritu mancillado de algas podridas, era incapaz prácticamente de reconocerse. No hacia tanto tiempo que su mano había sostenido aquel frasco de somníferos.
Experiencias, que en aquel purgatorio de putrefactos nenúfares, habían dibujado en su cara, las huellas de un vía crucis particular. La escoria de aquel submundo había sometido su carácter. Aunque al mirarse en el espejo nunca dejó de repetirse que las flores siempre rebrotan en primavera. Estación del año que había olvidado visitarle durante demasiado tiempo. Sin embargo es posible que aquel diminuto haz de esperanza fuera lo único que entre tanta escoria le mantuvo a flote.

Nunca supo cuando llegó aquella carta, hacia tanto tiempo que no habría el buzón... Es posible reo de él, aquel sobre, llevara meses allí, probablemente desde las pasadas navidades. Extrañado, hoy, último día de febrero, lo contemplaba tamborileando los dedos, sobre la mesa de su comedor.


Miró el dorso del sobre, el remitente había escrito su nombre. Ingrid. Aquella vieja amiga de su pubertad le había encontrado. Se tomó su tiempo para abrirlo. Por unos instantes, flotaron cientos de imágenes por toda la habitación, rodando en círculos concéntricos a su alrededor. En aquellos minutos viajó dulcemente al pasado, incluso hasta el olfato pareció encontrar remembranzas. Tras aquel particular minuto nostálgico, decidió abrir el sobre.

Ingrid le dedicaba cinco folios de palabras escritas a pluma. No había sabido nada de ella desde hacia diecisiete largos años. Las tres primeras líneas hablaban de los muchos papeles arrugados que había desencadenado aquella carta. Inmediatamente Ingrid afrontaba el “Porque” de escribirle. Después de tanto tiempo, unas razones casi políticamente correctas, rompían el hielo. Luego un pequeño resumen la situó en espacio y tiempo. Seguidamente abrió el cofre de los momentos compartidos. Todo su mundo se detuvo y volvió a ser aquel chaval, recordando su pubertad de puño y letra de aquella chica a la que tiempo atrás amó.
A mitad de la carta, el tono cambió. Sintió como un reproche enterrado en el pasado, rebrotaba a modo de zombi en una noche de luna llena. Hablaba de los días posteriores a los que dejó el grupo, justo después de tomar aquel tren. Luego empezó a justificar su silencio, silencio a explicarle la verdad. Extrañado, devoró sus letras como un hambriento hasta que llegó a lo que le dejó congelado. Llegó al verdadero “Porque” de aquella carta.

- Una semana después de que partieras, fui a comprobar lo que solo una mujer es capaz de saber sin hacer prueba alguna. Y tal y como sabía, dio positivo.
Se llama Laura, tiene diecisiete años y quiere conocerte.

martes, abril 10, 2007

Quien no querría


Quién no querría seguir escribiendo esas cartas de amor llenas de poemas y de sueños románticos. Quién no querría emocionarse cada semana eligiendo flores para uno mismo. Quién no querría ir cada semana en buscar de nuevos cuentos, para ver brillar la carita de su hija.
Quién no querría apuntar en un pequeño cuaderno de viaje, los mejores momentos compartidos. Quién no quería cocinar para dos, y salpimentar vestido solo con un delantal de cocina y una copa de buen vino tinto, mientras te oye subir por la escalera. Quién no quería elegir una bonita canción cada día, para acompañar a un ‘te quiero’ encubierto. Quién no querría poder decidir por si mismo su destino. Quién no querría sacudir las sabanas todas las noches y ser conocido en su edificio por tener mejores madrugadas que los demás. Quién no querría seguir siendo niño de vez en cuando. Quién no querría tener en su recuerdo, momentos tan íntimos contigo.


lunes, abril 02, 2007

Hey nena!!!!

Hoy desnudo mi alma para ti,
O si, chaval atrévete!!!
Esta noche voy a ser yo mismo
O nena, espero que las fuerzas no me fallen,

Un poco de ritmo, sí,
Eso esta mejor,... cierro los ojos y…
lentamente me quito la corbata,
Mejor en el suelo, ¿verdad?

Y la música se va colando dentro de mí
...ante ti, un giro y mi camisa cae,
Esta noche voy a por todas,
Zapatos, calcetines y pantalones, ya son historia…

Mmm, ya casi desnudo en tu alfombra, nena
Solo…, me dejo llevar por la música
Esta noche soy para ti.
Mira,…sigue... sigue mi cadera con tu mirada,
Y …. adiós a lo que quedaba
Porque nena, esta noche soy para ti