martes, julio 31, 2007

La dama de rojo

Decidí tomar mi camino, dejando a un lado la morralla y el pasado. Me marché de viaje, ávido de aventura y nuevas sensaciones. Subí a mi motocicleta y me disolví en la carretera. A un lado del camino, avisté un puesto ambulante de fruta. Hambriento paré para comprar provisiones. Una anciana de ojos velados se me presentó como bruja. Insistió en tirarme las cartas del tarot y en venderme unos melocotones. Me definió como melómano sibarita, cleptómano de corazones, mitómano de historias, algo críptico y altamente perceptivo. También, me vaticinó que en ese viaje tendría un misterioso encuentro, con una tal, “Dama roja”. Todo eso por 3 euros, melocotones incluidos. ¡Vaya con la bruja!
Me envolvió los melocotones en un papel color beige, y seguí mi camino.

Era una tarde encantadora para viajar en moto. Aquella sensación de no tener destino, avivaba mi percepción de libertad y aventura.

Tomé una carretera secundaría, buscando una ruta con más encanto que aquella nacional. El camino empezó a sisear, contoneando en ascendencia la montaña. Aquel tatuaje de asfalto, escalaba hasta la cima aquella roca. Prácticamente, en el linde con el cielo, había una pequeña y misteriosa ermita. Aparque la moto y bajé. La miré detenidamente, la rodeé hasta que llegué a su única puerta. Ésta, estaba abierta y no parecía haber nadie en su interior. Las características esotéricas de su forma, doce lados, y del edículo central que el templo encerraba en su interior, marcaba una profunda influencia del Islam. Eso hizo que produjera en mí, una creciente impresión de misterio. Anduve merodeando, hasta que el ocaso fue oscureciendo todo a su paso. Una inscripción sobre la puerta de la ermita, la databa de 1162. En su interior, no había demasiado. Una vieja cruz de madera, prácticamente podrida, era custodiada a sendos lados, por dos caballeros templarios. Estos hacían guardia desde hacia nueve siglos, y a modo de frescos en la pared, estaban cautivos en un irremediable proceso de envejecimiento paulatino, palideciendo borrosos con el paso del tiempo.

Tras cuarenta minutos en aquel templo, descubrí el significado de la palabra paz. Unas velas santas, iluminaban mi estancia, mientras el sol acababa de ponerse.

Una repentina brisa se coló por la puerta, apagando de sopetón las velas. Todo quedó a oscuras. En minutos, el cielo se encapotó de un plomo intenso. Empezó a llover. La lluvia jugaba con las pequeñas vidrieras de la ermita. Y a través de la puerta pude ver un relámpago. Al principio el goteo emanó de manera tímida, pero poco a poco fue cogiendo fuerza, hasta que la lluvia lo devoró todo. Desde el umbral de la puerta de la iglesia contemplé mi motocicleta encharcarse sobre el barro de la explanada.
A la izquierda entre los árboles, me pareció ver movimiento. De nuevo vi actividad, ahora era clara. Algo se movía y no era capaz de distinguir el qué. Entonces un caballo apareció emergiendo del fronde. Iba sin montura, se fue aproximando a mi posición, hasta que se paró frente a la puerta de la ermita.

Me eche a un lado y el corcel entró en el templo, resguardándose al igual que yo, de la lluvia. Acaricie su lomo, y percibí su pulso. Era un animal precioso.
Pasé varias horas hablándole. Hasta compartí con él los melocotones que había comprado a la bruja. El surrealismo de la situación me invitó al buen humor, me sentía un hombre afortunado, por vivir algo así.
El cansancio me venció y me dormí junto a mi nuevo amigo. No se cuanto tiempo dormí, pero mis sueños estuvieron cargados de brujas, hermosas damas rojas y caballos. En el linde del sueño y la vigilia, me pareció ver a una hermosa mujer vestida de rojo arrodillada ante mi.

Cuando los reflejos del alba empezaron a arrancar las primeras sombras, abrí los ojos. El caballo había desaparecido. En su lugar había una capa roja sobre el suelo. Todo el interior de la ermita estaba envuelto de un intenso olor a rosas. Inquieto por aquellos extraños acontecimientos, decidí buscar respuestas. Usando mi mano derecha, me incorporé. Un dolor en la palma de la mano, me sobrecogió. La miré, esperando la picadura de algún insecto. La palma de mi mano tenía un dibujo tatuado. Una hermosa rosa en forma de dodecaedro coronaba el reverso de mi mano. No encontré más respuestas, pero aquel dibujo, nunca más abandonó mi mano.



15 Comments:

Blogger ***SaRa*** said...

:O
no valen las palabras

miércoles, 1 de agosto de 2007, 4:32:00 GMT-7  
Blogger MAR said...

Me encanto tu blog, la música, y las fotos genial la idea, te felicito!
cariños para ti nuevo amigo.
mar

jueves, 2 de agosto de 2007, 8:39:00 GMT-7  
Blogger Conciencia Personal said...

Buen ritmo en el relato, dejar hasta final la dama de rojo, mantiene al lector .

Saludos, gracias por la visita. Aquí estaremos.

monique

jueves, 2 de agosto de 2007, 9:49:00 GMT-7  
Blogger Ondina said...

Hay vivencias que nos quedan tatuadas para siempre en la piel...hermosas rosas tatuadas que ya nunca abandonan.

Yo no me preguntaría más...es magia...tu relato es hermoso,bien escrito y mágico

jueves, 2 de agosto de 2007, 23:07:00 GMT-7  
Blogger volare said...

Mmm
Qué ricos melocotones!

Sin duda, un comienzo jugoso... el final aún más delicioso.

un beso!

volare

viernes, 3 de agosto de 2007, 10:44:00 GMT-7  
Blogger @Intimä said...

Tienes el don de mantener el suspense hasta el final, me gustó tu relato.
¿Quien sabe si ese bello corcel era una dama encantada?
Un besito

domingo, 5 de agosto de 2007, 10:50:00 GMT-7  
Blogger Diana L. Caffaratti said...

Y cada vea que veo el tatuaje un estremecimiento dulce embarga mi cuerpo y añora algo que nunca sabré del todo comprender...

Hermosa narración.
Mantiene el ineterés del lector hasta el final.
Yo me atreví a agregar línea simplemente para hacerme presente nuevamente en tu blog,y jugar con lo escrito, pues así me lo has permitido muchas veces.
Luego de un tiempo de ausencia voluntaria en Internet, realizo el camino del regreso, poco a poco.
Besos.

martes, 7 de agosto de 2007, 20:50:00 GMT-7  
Blogger Conciencia Personal said...

Pasé a dejar saludos...

monique.

jueves, 9 de agosto de 2007, 23:37:00 GMT-7  
Blogger la granota said...

Te abrigas del frio cotidiano con tus cuentos, tan románticos, tan oníricos... y de paso, abrigas a los que te leemos.
Gracias.

lunes, 13 de agosto de 2007, 3:41:00 GMT-7  
Blogger la granota said...

Ummmm, tus seguidoras son mayoritariamente mujeres ¿por qué será? Ay, brivón brivón!!!

lunes, 13 de agosto de 2007, 3:42:00 GMT-7  
Blogger SUAVE CARICIA said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

lunes, 13 de agosto de 2007, 7:54:00 GMT-7  
Blogger SUAVE CARICIA said...

de donde sacas toda esa magia para escribir, la verdad no dejo de sorprenderme cada vez que vengo y te leo, me encanta tu estilo, envuelve, transporta , te lleva a soñar de una forma hermosa como el querer ser una dama roja que se presenta en forma de corcel, ante tus ojos, increible
fascinante

dejo suaves caricias

lunes, 13 de agosto de 2007, 7:55:00 GMT-7  
Blogger Wendy said...

Hace mucho que no publicas.
y yo ya hecho de menos tus palabras
esas que me abrazan al viento,
capaces de envolver todos los sueños.

Un besazo principito!

mua!

miércoles, 15 de agosto de 2007, 5:11:00 GMT-7  
Blogger volare said...

Es verdad, Granota!
Público mayoritariamente femenino. Pero qué nos das!
:)

Sea como sea, te echamos de menos.
La rosa tatuada crea adicción

Un besazo

volare

miércoles, 15 de agosto de 2007, 6:31:00 GMT-7  
Blogger la granota said...

Veranitoooo, ehhh?

miércoles, 22 de agosto de 2007, 6:09:00 GMT-7  

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