Jessica llamó a mi puerta
Mientras que algunos rayos de sol se colaban por la persiana, jugando caprichosos con las motas de polvo suspendidas por toda la habitación, una vieja máquina de escribir marcaba el paso de aquella mañana de resaca.
Tac, tac, tac… Mi secretaría, la oronda señora Ángelo, parecía querer perforar aquella carta a golpe de tecla. Tac, tac, tac… Yo allí, apoltronado en aquella silla giratoria de tapicería de cuero pelado, con un tremendo dolor de cabeza. Abrí el primer cajón de mi pupitre. Tenía todo lo que un detective de novela negra debía tener. Una botella de Jack Daniels, un revolver cargado del calibre 45, un frasco de aspirinas y un sobre con fotos en blanco y negro de una morena de vértigo besando a un hombre casado. Trinqué la botella y las aspirinas. Sobre mi mesa había un sucio vaso de plástico con restos de café. No recordaba de cuando. Lo llené de Whisky y tragué de golpe un par de aspirinas.
Cierto es. Aquel oscuro despacho, no solían atraer a demasiados clientes.
Imagino que mi reputación no era la de Philip Marlowe, pero siempre me consideré afortunado. Era un buen sabueso. Tenía instinto.
Mientras abría la correspondencia de la semana, todo facturas, llamaron a la puerta. A través del cristal biselado podía intuirse a trasluz, la silueta de una mujer. La señora Ángelo abrió la puerta. Al otro lado del umbral, bajo el aplique de aquel pasillo enmoquetado, una explosiva pelirroja enfundada en un vestido de noche, aguardaba. Cuando la vi, solo puede pensar en la esposa de Roger Rabbit. Envié a la señora Ángelo a hacer algún recado, como solía hacer cuando tenía la visita de algún cliente.

Aquel día cambio mi suerte, en menos de 24 horas iba a conseguir un millón de dólares y a la mujer de mis sueños.
Tac, tac, tac… Mi secretaría, la oronda señora Ángelo, parecía querer perforar aquella carta a golpe de tecla. Tac, tac, tac… Yo allí, apoltronado en aquella silla giratoria de tapicería de cuero pelado, con un tremendo dolor de cabeza. Abrí el primer cajón de mi pupitre. Tenía todo lo que un detective de novela negra debía tener. Una botella de Jack Daniels, un revolver cargado del calibre 45, un frasco de aspirinas y un sobre con fotos en blanco y negro de una morena de vértigo besando a un hombre casado. Trinqué la botella y las aspirinas. Sobre mi mesa había un sucio vaso de plástico con restos de café. No recordaba de cuando. Lo llené de Whisky y tragué de golpe un par de aspirinas.
Cierto es. Aquel oscuro despacho, no solían atraer a demasiados clientes.
Imagino que mi reputación no era la de Philip Marlowe, pero siempre me consideré afortunado. Era un buen sabueso. Tenía instinto.
Mientras abría la correspondencia de la semana, todo facturas, llamaron a la puerta. A través del cristal biselado podía intuirse a trasluz, la silueta de una mujer. La señora Ángelo abrió la puerta. Al otro lado del umbral, bajo el aplique de aquel pasillo enmoquetado, una explosiva pelirroja enfundada en un vestido de noche, aguardaba. Cuando la vi, solo puede pensar en la esposa de Roger Rabbit. Envié a la señora Ángelo a hacer algún recado, como solía hacer cuando tenía la visita de algún cliente.

Aquel día cambio mi suerte, en menos de 24 horas iba a conseguir un millón de dólares y a la mujer de mis sueños.
10 Comments:
Vaya, vaya... una chica y un millón de dolares, que mas se puede pedir? Se me ocurren varias cosas ;-) jajajaj
Yo desde luego me quedaria con el millón de dolares... .-)))
Roger Rabbit... y aquella genial locura.. "Cliente muerto no paga"
:-))))
PD. Por fin te podido colgarte un comentario... ( he estado unos días sin internete... :-(( Ahora parece que ya vuelve todo a la "normalidad"... :-)))
Un saludo otoñal... :-))
A lo mejor es más interesante lo que te trae la mujer que el propio dinero.
No me gusta el materialismo.
Besitos :-)
Hombre, no escuches consejos y aprovecha la oportunidad lo mejor posible.
Saludos.
hola, te gustaria obtener ingresos a traves de tu blog??
si te interesa contactate conmigo...
aca te dejo mi mail
rlucas_gelp@hotmail.com
Vaya, veo que las cosas te han ido bien en mi ausencia. Seguramente leerás esto desde las Bahamas...
Saluditos
no siempre las cosas viene de a dos, te cuidado
solo debes saber elegir
dejo suaves caricias
pasta y un dibujo animado...todo efímero y engañoso
bicos
Se me ocurre que la pelirroja no era la mujer de sus sueños...era la mala malísima!
Al final los detectives de novela negra acaban llorando por las esquinas... parece que este tendrá suerte con el dinero y el amor.
Cuéntanos más
beso
volare
Pasaba a saludarte...
Te extraño.
Espero que estés bien
Cariños
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