“Allegro ma non troppo“
Durante aquellos días, no dejó de llover y mientras la gente corría por las calles, yo siempre paseaba dejando que las gotas de lluvia mojaran mi cara. En una ciudad áspera de habitantes esquivos, sin llegar a estar triste, me mantuve en el “Allegro ma non troppo“, ese neutro tempo propio de los sueños y comas profundos. Constantemente el reloj se detenía y yo podía salir de mi cuerpecito viendo pasar las personas a mi alrededor deteniéndose a mi lado, hablándome y opinando. Supongo que en aquella época siempre pensé que tarde o temprano una voz dentro de mi me diría con un tono sorprendentemente perentorio que me estaba equivocando contigo. Pero aquella voz no llegó hasta mucho más tarde.


4 Comments:
Al leerte, siempre me reencuento con una pate de mi...no se como lo consigues, pero como siempre es un placer...
A veces esas voces llegan tarde...lo importante esq lleguen, aunq quizás, si tan claro lo sabemos, deveriamos ser más balientes, lo malo es esa duda q nos quedaría, del quizás...
Y sobre lo de caminar bajo la lluvia...nunca me gustaon los paraguas.
Mil besos.
Continuará?
O de nuevo nos dejarás con la miel en los labios?
Breve, intenso...un texto con unas posibilidades inmensas, abierto a la imaginación.
Me ha encantado leerte hoy más que nunca...
un besazo!
Jok... querido...
Esas voces que nos avisan, que nos advierten, que nos intentan guiar... pero nosotros siempre intentamos seguir un camino, a veces equivocado...
A mi también me aseguraban, me aseguran, que me equivoco...
Muakssssssssss!!!!!!!!!!
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