El día que me convertí en huracán
Salí de aquel distrito nacido del fuego y crecido en el hielo. Forjé en mi cabeza un millón de cerrojos. Entré en mi viejo automóvil, el motor rugió con un saludo letal. Aceleré y la dejé atrás. Los neumáticos arañaron el asfalto. Un sentimiento siniestro creció dentro de mí. Mi mente dibujo una gran piedra en la carretera. Empecé a sentir calor en mi tobillo mientras el motor gritaba a mi alrededor. Estrangulando aquel volante mis manos cambiaron de color. El veneno comenzó a hacer efecto hasta que por fin me abandoné. Por un instante pude sentir en mi mejilla la caricia de un beso.

- Eres aire, eres viento, eres huracán.
5 Comments:
Mientras sientas la fuerza dentro de tí, mientras un suave beso te acompañe, mientras seas fiel a tu corazón, todavía te quedará una ruta posible.
Un beso.
Respira y repite conmigo: OMMMMMMM!!
que bien, poder ser huracan, tanta fuerza llevas dentro, tanta energia, tantas ganas, me parece excelente, poder experimentar algo asi.
dejo suaves caricias
besos mil
puede que se suponga que el viento es libertad...pero a mí me entró algo similar al miedo al leer: "letal", "siniestro", "una gran piedra en al carretera", "estrangulando", "veneno". Es inquietante...y ya sabes cuantísimo me gusta leer aquello que me causa desasosiego :)
biquiños
Cuánto vértigo se ha podido sentir al leerte... me gusta... esa sensación a veces... buffff...
me encanta... :-)))
Un saludo desde el ojo del huracán... :-))
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