miércoles, enero 17, 2007

Cambié mi vida por la tuya


Una vez, conocí a una pareja encantadora, que vivía en una preciosa casita pareada con jardín. Su felicidad era tan grande que parecían disfrutaban de todo lo que había a su alrededor. John era un hombre guapo, atlético e inteligente. Poseía un buen trabajo en una multinacional de reputación. Susan era una preciosidad de grandes ojos y simpatía infinita. Ostentaba un don especial en lo concerniente a las relaciones interpersonales. Todo el mundo parecía quererla y todos querían disfrutar de su compañía. Susan era una mujer ambiciosa y trabajadora, también tenía un buen cargo en una conocida empresa.

Los mejores amigos de ésta, nuestra pareja, eran sus atractivos vecinos. Ken y Barbie Share. Como no, tan encantadores y maravillosos como ellos. Podemos decir que la felicidad se palpaba en cada barbacoa que celebraban en alguno de sus dos fabulosos jardines, o en cada partido de tenis a dobles que practicaban con gran estilo o en cada fiesta en la que salían los cuatro, con sus maravillosos coches deportivos y sus trajes de moda.

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Entonces ocurrió algo inesperado.
Un día, llegó Susan del trabajo extraña, preocupada diría yo. John la abrazo y le pregunto: ¿Qué te pasa amor? Ella miró a su marido. Unas lágrimas brotaron de sus ojos y le dijo. John, ya no te quiero. Quiero separarme de ti. John no podía dar crédito, a las palabras que surgían de la boca de su mujer. Pero los ojos de Susan, no parecían mentir.

- Pero…, si somos felices. ¿Por qué?
Ella, se quedó en silencio, mientras sopesaba un revoltijo de culpabilidad y de valentía.
- Dime, hay otro hombre, verdad.
Susan, fue sincera por el amor que alguna vez había tenido por su marido. Y contestó, con un murmullo, que como un sable traspasó el pecho de su marido.
- Si.
- ¿Quien es él?
- Es Ken.
En ese momento el corazón de John se rompió en mil pedazos y sintió el dolor de la tristeza en su propia alma. Su amada, se había enamorado de su mejor amigo. Así que John, con lágrimas en los ojos, se dirigió a la habitación a hacer su equipaje.
Y como es normal en estos casos, John abandonó la casa dejándosela a Susan. Se mudó a un hotel.

La vida de John pareció entrar en una oscura y desconocida gruta, donde los días pasaban despacio y sin ningún acontecimiento destacable. Mil recuerdos e incomprensiones bombardeaban a cada segundo su mente abatida.
Casualmente cada día tenía que pasar por delante de su antigua casa para ir a trabajar. Los primeros meses, pasaba con el coche a toda velocidad, sin mirar, sin asomarse a su antigua vida. Pero el tiempo, sabio consejero, poco a poco fue cicatrizando las amargas heridas de John. Y por fin, pudo un día mirar al pasar. La escena que vislumbró, se repetía sistemáticamente cada mañana al pasar por su antigua residencia. Vio como de su antigua casa, se abría la puerta. Vio a su exmujer Susan, como besaba a Ken en la boca, despidiéndolo en su camino al trabajo. Una bonita escena doméstica, de no ser su exmujer y su exmejor amigo, los actores principales. La primera vez que lo vio, por un momento pasaron fugazmente pensamientos homicidas por la confusa cabeza de John. Pero luego, bajo la mirada con resignación y siguió su camino.
Un par de meses más tarde, John recibió una inesperada visita a la habitación del su hotel. Era Barbie, quería hablar con él, respecto todo lo que había pasado y lo mal que ella se encontraba. Al parecer, el mismo día que Susan habló con John, Ken habló con Barbie, para decirle exactamente lo mismo. Y como suele pasar en estos casos, Ken abandono la casa, dejándosela a ella. Barbie explicó los hechos acontecidos y sus sentimientos. Ambos lloraron y todo se tornó complicidad. Días más tarde volvieron a quedar, entonces ocurrió algo fabuloso. John besó a Barbie y ella respondió apasionada.
Tras un corto periodo de festejo, Barbie y John empezaron a vivir juntos.

Y,... ¿a qué no adivináis a quien tenían por vecinos?



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4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Como la vida misma.

jueves, 18 de enero de 2007, 0:55:00 GMT-8  
Blogger @Intimä said...

Ay la vida, como es.
Lo importante es que el amor fluya y corazones que se amaron sepan dar la libertad para alcanzar la paz que los derrota.
Besitos y bonita historia.

jueves, 18 de enero de 2007, 13:38:00 GMT-8  
Blogger Trini Reina said...

Pues yo me habría mudado desde luego...

Una historia muy real.

Saludos. Gracias por tu visita

viernes, 19 de enero de 2007, 3:42:00 GMT-8  
Anonymous Anónimo said...

Por casualidad topé con tu blog y acabo de leer este relato. Me arrancó una sonrisa ;)

martes, 25 de diciembre de 2007, 11:29:00 GMT-8  

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